sábado, 30 de octubre de 2010

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Parece que por fin de las nubes dejo de caer gotas de lluvia, admito que

aún falta mucho para volver a ver el sol, pero con seguridad no me molesta, sentir la brisa mojada por mis mejillas y saber que no hay riesgo de un nuevo cántaro de impasible lluvia, eso realmente me tranquiliza.

Camino sin prisas y sin rumbos, como siempre en momentos de soledad y congoja, el camino y mis piernas son la única salida, ¡dolor!, claro que se lo que es el dolor, me encantaban tal vez aquellas épocas en las que corría con las rodillas raspadas llorando con real sentimiento, y estando seguro de que no existía un dolor mas grande, pero hoy día me doy cuenta que esas solo eran pequeñas y leves muestras de dolor que lo preparan poco a poco a lo que realmente duele vida.

Solo, con miedo, mojado, sin una moneda de centavo en los bolsillos para comprarle a la vida esos cinco centavos de felicidad, sin rumbo, miro mis manos raspadas y abrazo con fuerza mi cuerpo un tanto magullado por la golpiza del amor. Aunque en realidad no se ¿qué duele más, si el cuerpo o el ego… o el amor?.

Con seguridad un día nuevo me espera, se que por siempre sus besos se quedaran marcados en mi vida o tal vez su sexo descaradamente sonrojara mis mejillas en las noches de insomnio, no puedo negar que si disfrute su compañía, que me hacían sentir vivo sus caricias, pero una vez mas no me importan los pocos momento de felicidad que le pueda robar a la vida si descaradamente ella se va a encargar de cobrármelos con lagrimas. Debo admitir que soporté tal vez por el miedo a la primavera, lo más triste es que en ocasione

s no solo eran primaveras de soledades, además eran veranos, inviernos, incluso otoños, cansado de ver por la ventana como hay quienes aguardan momento de compañía, yo solo espero aquel gran amor que me dejo, y que hoy más que nunca estoy seguro jamás volverá.

Pero que más se puede decir, si en la vida nada esta comprado, ahora estoy convencido que no me importan las malditas primaveras, y que una vez más tendré que acostumbrarme a la grandeza de mi cuarto y a las tarde sin oficio, aprovecharé los rincones de mi casa para llorar como un loco sin que nada me duela, porque hoy me doy cuenta que llorar del dolor es vergonzoso.

Extrañando a Lee, ese es un dolor que no me avergüenza llor

ar, siempre siempre me hará mucha falta, sea que vuelva o no a retomar los caminos que por obligación nos unían, la universidad se ve más grande y el frio de la ciudad fría que siempre anhelaste hoy me enferma, no soporto la cabeza porque tú y yo sabemos que soy un imbécil y necesito la dosis diaria de todo va estar mejor, o al menos ver con tu sonrisa o con tus ojos que mañana ya no lloverá mas.

Entrando a la Basílica del Voto Nacional o del Sagrado Corazón de Jesús en la calle 10, comprendo que la fe es la última de las salidas, aunque con un poco de vergüenza porque no tengo cara para mostrarle a Dios, sabiendo que sí me arrepiento, pero tristemente porque la vida se me salió de las manos, no por mas. Entro con un poco de recelo, pues el olor a

mierda le genera a uno desconfianza, no sé si es hedor del mismísimo infierno que está detrás de quienes allí se refugian, o es a causa de los casi veinte habitantes de la calle que están tirados por el suelo de toda la basílica exhibiendo sus inmundicias, a ver si le logran dar lastima a Dios y él se apiade de ellos.

Como ellos pero un poco más discretos también muestro la porquería de mi vida a Cristo esperanzado que realmente tenga piedad de mi, por lo menos hasta que abran los centros comerciales de San Andresito de San José donde hay gente que puede tenderme la mano y regalarme una limosna mundana para llegar a mi casa, de donde nunca debí salir.

Finalizando mis diligencias y sentado en el Transmilenio, veo por la ventana despojos de calle, ilusiones de gente, mas mierda. Afortunadamente para mí, no dejo de pensar en los besos y en la piel del niño de los ojos bonitos, fue realmente hermoso contemplar de cerca la alegría y sentir entre mis brazos que solo de pronto exista la felicidad, no es a titulo de auto compadecerme, pero es preciso esperar…

Claro que el final de la historia, solo por ésta vez no me asusta, con probar su cuerpo creo me siento un ganador, o puedo estar seguro no perdí o tú qué piensas Fre……

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