lunes, 22 de noviembre de 2010

Perdido en WonderLand




Una noche como todas, mientras miro el techo anhelando una sombra justiciera, que por momento se acueste a mi lado y susurre a mis oídos “mañana

todo estará mejor”, veo que de su corcel blanco al mejor estilo de

los sueños de la Barbie se baja un caballero, uno muy particular, él caballero, con unos ojos alargados, casi como los de el águila o el halcón, y una sonrisa que me provoca tranquilidad y ganas de llorar.

Claro que si Alicia, entiendo lo que sentiste cuando asomaste tu cara al pozo, no sé con franqueza que es lo que motiva al hombre a saltar sin miedo en las profundidades de sí mismo, para ver que todo termina siendo dos o tres líneas de polvo blanco o una fuga interminable de semen, que casi al mismo tiempo son los que destrozan la fugacidad de los sueños.
Cuando soñaba con lo que podría llegar a ser la felicidad, me fijaba que tuviera unos ojos como los tuyos, que oliera a lo que huele tu cuello, que su pelo se moviera entre mis dedos como casualmente pasa cuando consiento tu cabeza, soñé con un caballero como tú, de hecho no quería que fuera caballero, me aterraba la idea de que la persona que iba hacer temblar mis piernas de nuevo supiera dos o tres cosas más que yo, pero bueno, todo son devenires, y en la pedagógica, sí que saben eso de venirse, ahora los termino entendiendo, más que nunca entiendo. Quien me roba la calma habla dos o tres idiomas, a ratos sospecho que mas, es exitoso, admirable, calmado, seguro, confiable, huele a lirios en reposo, como cuando la lluvia no los ha estremecido, huele a libertad, huele a él.

Bueno Alicia, esto se ve un poco manejable, sí, veo los tulipanes reposando un poco mas coquetos de lo que tus inocentes y promiscuos ojos solían mostrarlo por las blancas hojas de ese libro, veo al dientón poco sensual del sombrero raro, es más, cada mañana me ofrece mas y mas, me gustaría saber si debo hacerle caso o solo ignorarlo, ayer en la tarde hable con la reina de corazones, está algo preocupada, lo noté en sus ojos, pero es que es algo fastidiosa para mi gusto, aun no sabe si alcohol o la marihuana, pero bueno es compañía reciclable, por lo menos mientras el Doc termina el turno en el hospital y me deja decirle cuanto me gusta y cuanto lo quiero.

Despertar cada mañana ya no es un punto más para la vida, aun no es ganancia para mí tampoco, pero es un empate, es una prueba de que aun no estoy vencido, no sé si es por el sabor del mar que aun se siente en sus labios, o la arena de la playa que siento cuando toco su espalda, o seguramente las brizas de barranquilla cuando me habla cerca muy cerca, en realidad no lo sé, pero sería bueno intentarlo.



Pues que te digo hermoso caballero, llevo un par de semanas vagando por wonder land, y la verdad aunque no me acostumbro a flotar como un descerebrado oyendo los latidos de mi corazón, que enloquecen al son de tu voz, me gustaría probar unos cuantos meses más antes de volver a la cruenta realidad, pero debo confesarte que a escondidas, compre un par de tiquete hacia la eternidad, yo sé que es muy pronto, además la palabra eternidad asusta, además porque siempre está rodeada de sus mejores amigas, vejez y entrega, pero en realidad me gustaría saber si quisieras abordar conmigo…

Juanito…

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