lunes, 4 de enero de 2010

UNA TRISTE NAVIDAD





Navidad es aquel tiempo de gozo y paz que sirve de pretexto para abrazar a quienes nos estorban y besar con sincero odio a nuestros enemigos, camuflar entre las enceguecedoras luces de los arboles la maldad y la tristeza; es hacer un alto en nuestros temores, angustias y necesidades, es también escapar de la soledad y el abandono, el nacimiento del niño Jesús, la venida de papa Noel y es en ultimas por eso que nos deseamos una feliz navidad.


Pero… ¿a caso alguien se ha puesto a pensar en todos aquellos que cargan una honda herida? Y ¿qué se les dice a ellos?, a todos aquellos que sufren por ver sufrir, a quienes gozan estando solos, a las miles de personas que no tienen a quien saludar y menos con quien festejar, a aquellos que necesitan de la tristeza para subsistir… para que nos engañamos escribiendo en nuestras calles feliz navidad, cuando en los taxis y buses viajan personas tan tristes que ni las luces resplandecen en sus rostros, cuando en las calles hay gente esperando un rastro de alegría para ver si algún día creen en la felicidad, y mientras en unas casas los festinen rebosan barrigas, muchos pasan el año sin probar un bocado medianamente decente.


Este escrito es para las prostitutas, los indigentes, los melancólicos, los pecadores, los abandonados, las viudas, los huérfanos, para todos los del pabellón de quemados de todos los hospitales, para los enfermos terminales, los drogadictos, para los presos, para los soldados, los emigrantes, los perros callejeros, los autocompasivos, los suicidas, los tristes, para los agnósticos, para las enfermeras de turno de los hospitales de la caridad, para los recluidos en clínicas de reposo, para los pobres, los inútiles y los feos a todos ellos, les comparto UNA TRISTE NAVIDAD Y UN PROSPERO AÑO NUEVO…





Juanito...

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