domingo, 7 de junio de 2009

Juanito....




La vida desde mi punto de vista, es como una copa de cristal, llena hasta el tope del mejor de los vinos, cada sorbo de ella, nos embriaga con locura y en muchas de sus rondas, nos hace hasta perder la conciencia... pues así es mi vida, un sorbo de excesiva religiosidad, y pensamientos ambiguos al respecto, un amor profundo hacia el Dios que nos ha puesto en ésta tierra, aunque poco respeto a sus preceptos o mandatos, que mas da, ese es mi primer sorbo de vida.

Un poco de picante en el amor, un añejamiento de mi copa me envía a entregarlo todo como el mas vil de los mortales, en este sorbo no recuerdo quien soy yo, con cada beso desprendo de mi cuerpo un pedazo de piel y lo doy como si solo ese momento me quedase para amar, no tengo claro que es lo que más me gusta, solo digámosle que me enamoro de la gente. Disfruto igual el sexo como la caricia, los abrazos como los besos, las palabras como las miradas, solo me agrada que el amor se exprese y no se esconda tras un polvoriento armario.

Adentrándome un poco mas en lo profundo de mi bebida, llega el trago amargo, sufro, lloro, pataleo y hasta hago berrinche por casi todo... bueno a quien tato de engañar, por todo. Me disgusta estar disgustado, me duele sentir dolor, me pesa el vacío de mis bolsillos, el amor me ha mostrado la cara triste de sus desenlaces, pero aun sigo esperando a quien llegue y se quede conmigo, la vida me ha dotado del defecto... o ...la virtud, aun no se, de ser sensible, no me gustan muchas cosas, casi ninguna, aunque disfruto muchas otras, bueno casi pocas, en esta búsqueda se resume mi existencia.

Y para rematar la copa, hago muchos brindis, tengo la fortuna de contar con personas realmente maravillosas, la gente me ha defraudado, para que decir mentiras, aunque francamente no tanto como los he defraudado yo, pero cada uno de ellos, ha dejado en mi huellas de sus mejores aspectos, me han enseñado a amar y me han brindado su apoyo cuando mas los he necesitado... por ustedes, salud.

Unos cuantos empinares de amargura, dulzura, alegría y tristeza, un cacho de marihuana, unos tantos escritos de melancolía, una paranoica anorexia que no se me nota, una moral de miseria, y una autoestima refundida junto con la decencia, conforman mi copa. Hoy día solo espero a que en una de mis borracheras explorando el mundo, caiga con esta copa al piso y ella estalle ante mis ojos.
*En las fotos: Juan David Ortiz (yo). Fotografía 1: photo by Liliana Ávila-Edited by Isabel Bohórquez. Fotografía 2: archivo personal.

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